domingo, agosto 07, 2005

Viaje a Pozuzo II

Una vez dentro del carro, y consiente de que empezaba la travesía, admiraba de lleno los paisajes y disfrutaba a cada instante de lo que mis ojos veían, las montañas llenas de verde espesor, las vacas, las casas, los rayos del sol, los caminos, entre otras muchas cosas más. Yo, como siempre, ensimismado cuando veo por la ventana; veo recuerdos inexistentes, me transporto en el espacio hacia los lugares que veo y me imagino lo que vería desde ahí, entre otras enajenaciones cerebrales. Entre cruzando palabras con las personas quienes viajaban en el carro, uno iba aprendiendo de nombres y lugraes - que ahora difícilmente recuerdo - Ya pasado buen tiempo por el camino 3 chicas decidieron bajarse en un hospedaje de donde podía divisar una discoteca, según escuché la veintiúnica discoteca de la zona. Asi que estas 3 lindas chicas tenian las intenciones de quedarse en ese lugar. Yo un tanto consternado por que no sabía si ya era Pozuzo el lugar donde ellas bajaban, o si sería mejor quedarse ahí también; pero que lo mejor era llegar hasta el mismo Pozuzo, me dije. Luego apareció un pueblito donde se divisaba una plaza grande, donde parecía se desarrollarían algunos eventos típicos de la zona, pensé en ese instante que ya habíamos llegado a Pozuzo, pero resutla que no fué así, era el pueblo de Prusia. A pocos minutos de dejar Prusia, el inicio de unas casas y el terminar de la trocha para dar inicio a un terreno asfaltado, me decía que esta vez si estabamos en Pozuzo. Y efectivamente, así era, ahora a bajarse, pensé, pero la combi está dando la vuelta y no presisamente en una plaza como esperaba, entre la indecisión de bajarme y camimar hasta la plaza que había divisado antes de voltear el carrro, me dije que mejor llegaba al final de su recorrido. Fué en el úlltimo paradero que una voz femenina se dirijió hacia mí para preguntarme si llegaba por primera vez y si buscaría un lugar donde hospedarme, si era así para hacerlo juntos a ellos. Es así como conocí a Alejandra y Hercos. Entablamos una conversación, preguntas van preguntas vienen, decidimos buscar hospedaje juntos, yo sugerí la idea de quedarnos en una casa típica como había leido y visto que podía uno hacer, claro que la pregunta era, ¿dónde sería eso?. Así que indagando y tropezando con sitios llenos, de una ida y vuelta por una misma calle, es que dimos con el Señor Saldani en un lugar llamado Comercial Judith. Para ser sinceros no tenía nada de centro comercial. Fué entonces que le preguntamos hacerca de las habitaciones, disponibilidad y precios, cuando de manera repentina apareció un señor, que se notaba que era de la zona, dirigiendose amablemente al Señor Saldani pidiéndole que le salve de un apuro. Necesitaba urgentemente hospedaje para un grupo de personas con la cual había venido y que estaba en apuros, y grande fué la sorpresa de todos al ver que el grupo mencionado se trataba de las 3 chicas con las que viajamos en el carro, las mismas que se bajaron minutos antes de Prusia. Luego de las adminiraciones y exclamaciones de sorpresa y admiración de un reencuentro fortuito en conjunto llegamos a negociaciones del hospedaje con el Señor José Saldani. Es en ese momento en que se juntarían un par de viajeros, que parecen haber salido de una obra griega (Hercules pesonaje griego y las bellas costas de Alejandría), un grupo de 3 viajeras derrochando valentía para aventurarse en la ceja de selva (Las amazonas guerreras) y yo un humilde observador, con muchas ganas de aprender de este prometedor viaje. Juntos formariamos lo que en adelante denominaré "La Comunidad del Viaje" ... :)

Continuará...

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